Me saco el cassette...

Cuando sea famoso me van a preguntar de que me arrepiento. Y yo, sin sacarme el cassette voy a decir que no me arrepiento de nada. ¡Mentira! ¿Quién puede ser tan gil para no arrepentirse de nada? ¿Ahhh, porque nunca se arrepintieron de clavarse esa torta frita, o esa empanada toda enchumbada en aceite que se compraron en aquella rotisería de mierda llena de cucarachas?
Bueno, yo, a modo de testamento post-morten, les voy a dejar una pequeña confesión, solo para que los me conocieron antes de que sea famoso, esos mismos a quienes voy a despreciar cuando el oro desborde mis bolsillos como ahora desborda de mierda mi inodoro, tengan algo para contar. Solo para que no digan que soy un hijo de puta que me olvidé de ustedes. Me acuerdo ahora, después, a llorarle a Havelange.
De lo único que me arrepiento en todos mis años de existencia es de las cosas que me pasan por gil. No, no como tortas fritas.
¿Que cosas me pasan por gil? Las que le pasan a todo el mundo y algunas más.

Por gil se me cae el helado del cucurucho.

Por gil, ese mismo helado, aterriza en mi jean.

Por gil, no me dan bola las minitas.

Las que me dan bola, son las versiones humanas de una canción de Radiohead, léase neuróticas ezquizoides para el común de la gente. Por gil, claro.

Por gil, salgo con championes de lona los días que llueve.

Por gil, me tiro del muro que mis amigos me dicen que no me animo a tirarme. Y me hago mierda, obvio.

Por gil me pasan muchas cosas mas, que mis amigos pueden detallar acá si quieren, que les rompa el culo a patadas.

Por gil ando contando boludeces en un blog, como un sociópata de mierda, y como si a alguien le importara.